La historia del reloj
En cuanto he tenido un rato libre, en vez de seguir escribiendo los posts del blog que tengo a medio escribir, me he puesto un poco al día con los artículos de otro blog. Es un blog muy recomendable que trata los temas a un nivel muy detallista y todo muy bien relatado. A cambio tiene posts muy largos, pero no queda otra. La temática es muy variada, pero suele estar centrada en la ciencia. A todo aquel que tenga un mínimo interés en eso puede echarle un vistazo, seguro que no se arrepiente.
Lo último que he leído se trata acerca de la historia del reloj, y en general de los sistemas de medición del tiempo a lo largo de la historia. Se encuentra dividido en dos partes, una para la antigüedad y otra para la parte más moderna.
El reloj de precisión dejó de ser sólo para unos pocos y fue de las masas. Irónicamente, el reloj más barato –de cuarzo– muchas veces es más preciso que el caro –de escape mecánico–, que sigue siendo a menudo un bien de lujo a pesar de ser menos eficaz que el otro. Pero no quiero dejar pasar la oportunidad sin hacer énfasis en esto: en muchas ocasiones, y ésta es una de ellas, la tecnología es el gran igualador, y supone una revolución social profunda a la par que discreta.¿Por qué vengo a destacar el texto marcado? Pues porque es aplicable perfectamente a Internet. Y es que la lucha de los derechos de autor, la lucha por delimitar Internet y controlarlo; no es más que el intento de mantener el poder por parte de los que antes eran poderosos, en contra de aquellos que con la nueva tecnología ha encontrado el medio de ponerse si no más alto, a la misma altura que los poderosos. Se ha producido una revolución social que está igualando muchas capas sociales previamente separadas.
Y quiero especificar el hecho de que no se ha acabado, ese cambio seguirá durante cierto tiempo. De hecho, me temo que los cambios más gordos están por llegar. Y con cada revolución, hay cabezas que caen. Cada cual que lo interprete como prefiera.
Por otra parte, poco después en el mismo artículo, dice algo que también se relaciona con la tecnología y algo que mezclado con la revolución anterior puede crear una situación caótica en la sociedad.
En cierto sentido, habían superado a la propia referencia primitiva del tiempo, ya que en 1932 fue posible, empleando un reloj de cuarzo, medir variaciones en el período de la rotación terrestre: habíamos superado a la propia Tierra como reloj. Pero, ¡ay, qué efímera es la fama!, el cuarzo reinaría durante poco tiempo como sistema de máxima precisión (aunque sigue reinando hoy en día en cuanto al número de relojes). Ctesibio mantuvo su récord durante milenios, Huygens durante siglos, pero el cuarzo sólo lo mantendría durante unas pocas décadas. Y, mientras que Huygens fue superado en precisión por un factor de 60, el cuarzo fue superado por… bueno, paciencia.Para comprender lo que dice el texto, hace falta un poco de conocimiento previo. Ctesibio fue el creador de un reloj increíblemente preciso para su época y sencillez (más datos en el artículo primero a quien le interese), obviamente su reloj recibe su nombre. Huygens creó el siguiente paso en los relojes, permitiendo mejorarlos drásticamente. La tercera revolución en los relojes, no hace referencia a nadie, sino al material con el que se construyen. Y por último, el siguiente paso, que no es mencionado en el texto, son los relojes atómicos.
Lo que quiero destacar del texto son las magnitudes del tiempo entre cada paso en la evolución de los relojes. Cada vez el avance se produce en un tiempo menor, mejorando por muchas veces más la precisión del paso anterior. Esto aplicado a la tecnología actual nos lleva a la ley de Moore, que sigue cumpliéndose a día de hoy. Pero también podemos aplicar la misma idea a gran parte de los descubrimientos que se realizan, cada vez mayores, en menor intervalo de tiempo.
El problema radica en que puede que llegue un ritmo de avance que suponga demasiado para nosotros mismos. Para empezar podemos no conseguir adaptarnos lo suficientemente rápido. Puede que esas revoluciones sociales que nos hacen asimilar cambios más bruscos de lo habitual, no nos sirvan tan bien en futuros avances, o puede que rueden demasiadas cabezas en una de esas revoluciones. Pero seguramente lo peor que nos pueda pasar, es que el avance se escape de nuestro control, y se ponga en nuestra contra. Y todos sabemos como acaba la historia en ese caso: "Skynet", "Matrix", "Un mundo feliz", o las historias de "Yo, Robot" son buenos ejemplos de esto...
No estoy en contra del avance científico ni tecnológico, al contrario, estoy muy a favor. Pero quizás este sea un buen momento para pararnos y reflexionar acerca de lo que estamos haciendo, para encontrar el mejor camino a seguir, y no desviarnos. Y con esto no me refiero solo a una discusión tan obvia como la del software privativo vs software libre, también es aplicable la misma idea de pararse a reflexionar con los avances científicos. Por ejemplo en la biología, especialmente manipulación genética y creación de vida artificial (busquese la noticia de que han creado una célula artificial recientemente, por ejemplo). Y no sólo se tiene por que quedar en el campo de la ciencia y la tecnología, también sería un momento ideal para pararse a pensar en la economía y nuestro sistema actual de mercado (aunque en este campo no se produzcan cambios radicales, los cambios de otros campos, como el de la tecnología, afectan a este).
Ahí queda lo dicho.
3 comentarios:
Aparte de agradecerte la gentil mención (soy el autor de los artículos que comentas), sólo quería dejarte otro que habla un poco de lo que mencionas y puede resultarte interesante: http://eltamiz.com/2007/06/05/la-singularidad-tecnologica/
Muchas gracias a ti Pedro, me encanta tu blog :D y sin duda esa entrada me interesaba!
Gracias por el texto. Creo que has dado en el clavo en cuanto a decir que más vale parar ahora y pensar en lo que estámos haciendo que arrepentirse mucho más tarde. El tema del avance tecnológico es muy interesante, en particular cuando uno lo reflexiona en el contexto del avance societal, o mejor dicho, en el contexto de la falta del desarrollo social. Es increíble que se inviertan tantos recursos en la investigación científica aunque al mismo tiempo nos queda una lista larga y triste de problemas sociales por solucionar. (Y esto no quiere decir que yo tenga algo en contra las ciencias naturales.)
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