Hacía tiempo que quería poner una entrada sobre bicicletas, ya que al fin y al cabo son comúnmente usadas por los finlandeses. Y cuando digo comúnmente usadas eso también incluye el invierno (al menos este que apenas ha habido nieve).
Lo más curioso de las bicis es que te las encuentras en todas partes sin estar atadas a nada. Están sueltas. Nadie las vigila. Sin embargo las bicicletas tienen un pequeño truco, aquí las bicis las venden con seguro incluido. Un seguro de metal que bloquea la rueda trasera y que se quita con una llave. Esto es suficiente para que nadie robe las bicicletas (bueno, hay quien las roba, pero no es común), mientras que en España no es difícil encontrar historias de gente a la que le han roto candados y cadenas mucho más gordas que los metales que protegen la rueda trasera aquí en Finlandia.
Y ahora que viene el buen tiempo apetece más salir en bici, no depender de los horarios de los autobuses, ni pagar dos euros extra a partir de las 12 de la noche (la tarifa nocturna es un tanto cara, 4€ si no tienes tarjeta mensual). Y como todavía me quiero quedar un tiempo aquí en Finlandia, he decidido buscarme una bici para moverme por la ciudad. Y para que me salga más barato que el bono mensual de autobús (33€ para estudiantes), he buscado la bici en varios sitios.
Al primer sitio al que fui, es una subasta de la policía, en donde creí poder encontrar una buena oferta. Sin embargo la mitad de las bicis tenían que ser reparadas o había que romper el candado de la rueda trasera, y aún así la gente subía el precio sin pararse a pensar. Desde quince euros que pagaron por el esqueleto de una bici, hasta los 200€ de una bici en buenas condiciones. Así que me quedé sin bici.
Tras el fracaso en la subasta, pregunté a varios finlandeses para encontrar una bici vieja, esta forma es muy simple, barata y eficaz, pero normalmente la gente no tiene bicis para deshacerse de ellas.
Así que en mi búsqueda de bici, me recomendaron una tienda en donde trabajan gente en paro (y diréis vosotros que si trabajan no están en paro, y tenéis razón, pero esto es más como servicios a la comunidad, una ayuda del gobierno a esta gente a cambio de un trabajo como arreglar bicis). Y allí pude encontrar una bici que cumplía los requisitos que yo quería: 1) funciona 2) era barata.
20€ por una bici que funciona bien (aunque le voy a tener que cambiar los frenos, no es más que 4€) me parece un buen precio, y a partir de ahora, 12 kilómetros ida y vuelta al centro (un poco menos a la universidad). Al menos ya no tengo clases, así que no llegaré tarde por ir en bici.
Por cierto, si os vais a venir a Finlandia y queréis comprar una bici, sabed que, al menos Tampere, está lleno de cuestas, así que vais a subir mucho (y también bajar mucho, los frenos son importantes), con lo que montar en bici no es actividad para vagos. Además, ahora que las temperaturas han subido (hacen unos 10ºC estos días, aunque hace poco llegamos a los 20º), puede ser engañoso, parece que no hace tanto frío, pero en bici lo hace, los guantes se agradecen y una chaqueta también.
Como último dato, normalmente no hay carriles bicis, tienen caminos asfaltados para peatones y bicis de manera independiente, que es más que suficiente. Sin embargo, en algunas aceras tienen pintada una raya blanca para dividir el camino de peatones del de las bicis, aunque la gente no le hace mucho caso.